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Frutos Rojos
Este tipo de frutas se caracterizan por la presencia de color rojizo tanto en su piel como interiormente. Los frutos rojos son en su gran mayoría bayas, y pertenecen a la familia de las Rosáceas. Su fuerte color rojo se debe a los pigmentos que la propia planta sintetiza, destacando los antioxidantes, con grandes propiedades en salud humana. Muchos de estos frutos son principalmente silvestres, por lo que tradicionalmente no se cultivaban. Dentro de este grupo de frutos rojos o frutos del bosque podemos incluir: arándanos, frambuesas, moras, fresas, fresones, cerezas, madroños o grosellas.
Aunque algunas se pueden encontrar durante todo el año, la mayoría son frutas de temporada siendo los meses cálidos los de máximo apogeo. Las principales necesidades nutricionales de estos cultivos son:
Es un nutriente que generalmente estimula el crecimiento de la planta. Los frutos rojos no demandan abonados con excesivo nitrógeno, restringiéndose principalmente a las fases de crecimiento vegetativo de la planta.
Una falta de nitrógeno produce palidez o amarillamiento de la superficie completa de las hojas y todos los tejidos en general.
El fósforo interviene principalmente en el desarrollo del sistema radicular. Puede estimular el crecimiento y desarrollo vigoroso de la planta, además favorece floración y fructificación, aumentando así la calidad y cantidad de sus frutos.
Una falta de fósforo hace que las hojas tomen una coloración ligeramente púrpura.
El potasio interviene en la regulación osmótica y en el transporte de azúcares al fruto. Aporta resistencia mecánica al fruto y aumenta la vida post-cosecha.
Una falta de potasio provoca necrosis en las hojas viejas y clorosis internerval en tejidos jóvenes. Además, los frutos pesan menos, con un menor tamaño y contenido en azúcares.
El magnesio es un elemento que forma parte de la clorofila e imprescindible para formar otros pigmentos como carotenos o xantofilas. Promueve la resistencia de la planta a la sequía y enfermedades. Además, puede activar el metabolismo de glúcidos y proteínas.
Una falta de magnesio produce clorosis en los márgenes de las hojas, permaneciendo verde el centro.
El calcio interviene en la formación de estructuras celulares. Concretamente, favorece el llenado y aumento de peso del fruto al fomentar el estiramiento de sus paredes celulares.
Una falta de calcio produce la muerte de ápices en crecimiento, tallos más débiles y frutos menos sanos, susceptibles de sufrir daños o enfermedades.
Este micronutriente influye en la formación del tubo polínico. Es de vital importancia en cultivos de frambuesa y mora ya que al ser polidrupas, su déficit provoca graves deformaciones. Una falta de boro provoca clorosis en las puntas de las hojas, teniendo estas un menor tamaño o incluso deformaciones. Así mismo, puede verse afectado el éxito del cuajado.
Este micronutriente interviene en reacciones esenciales de redox y participa en la biosíntesis de clorofila, aumentando así la actividad fotosintética. Una falta de hierro se aprecia como clorosis internerval en las hojas jóvenes principalmente, tomando un color amarillento.
Puedes descargar la Guía de Abonado de los Frutos Rojos debajo de este párrafo. También puedes ver otros cultivos clicando sobre ellos: Olivar, Cereales, Frutales de Pepita, Frutales de Hueso, Cítricos, Hortícolas de Fruto, Hortícolas de Hoja, Vid y Subtropicales.
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