La vecería es un fenómeno común en los olivares que puede tener un gran impacto en la producción de aceite de oliva. Cuando hablamos de vecería, nos referimos a la alternancia en la carga de frutos de un año a otro, lo que significa que un año el olivar produce una gran cantidad de aceitunas y al siguiente año produce muy pocas. Este ciclo es perjudicial para los olivareros, ya que afecta a la estabilidad de la producción y, en última instancia, a los rendimientos económicos. Sin embargo, una nutrición adecuada puede ayudar a minimizar la vecería y promover una producción más estable.
La vecería es un fenómeno natural que se manifiesta en muchas especies de árboles frutales, incluidos los olivos. La razón detrás de la vecería en el olivar se atribuye a una combinación de factores genéticos y ambientales. Un año, el olivo produce una carga excesiva de frutos, agotando sus reservas de energía y nutrientes, lo que resulta en una producción escasa al año siguiente.
Una nutrición deficiente es un factor clave en la vecería del olivar. Cuando los olivos no reciben los nutrientes adecuados, no pueden desarrollar y mantener suficientes yemas florales para la próxima temporada de fructificación. Además, la falta de nutrientes debilita la salud general del árbol, lo que lo hace más vulnerable a enfermedades y estrés. Por ello, se puede evitar la vecería, gracias a una correcta nutrición:
En el periodo de finales de otoño, es fundamental recordar que nuestro cultivo entra en una fase de estrés y agotamiento debido a la temporada de recolección. Para abordar este desafío, consideramos dos prácticas esenciales.
Recomendamos el uso de Hero K 40 Denso Neutro, un fertilizante altamente concentrado en potasio con pH neutro. Su tecnología densa ha sido diseñada para mejorar la adherencia y persistencia en el cultivo, aumentando la absorción, translocación y metabolización de los nutrientes.
El tratamiento con Herocuper 70/38, que también utiliza la tecnología Denso, puede prevenir el desarrollo de estas infecciones latentes durante el invierno y la primavera, contribuyendo así a la salud de los olivos.
Además, es importante tener en cuenta que la vecería en el olivar puede tener un impacto negativo en la producción de aceite de oliva. Sin embargo, a través de una adecuada nutrición y gestión del olivar, es posible minimizar este fenómeno. El análisis del suelo y hojas, la fertilización equilibrada, el riego eficiente y las prácticas de poda son herramientas esenciales que garantizan una producción más constante y mantienen la salud a largo plazo de los olivos. Esta inversión en la nutrición adecuada del olivar no solo beneficia a los productores, sino que también contribuye al bienestar de la industria del aceite de oliva en su conjunto.