Los procesos de floración y cuaje son estados fisiológicos muy importantes para conseguir una buena producción en los cultivos. En la agricultura, la floración y el cuaje son requisitos previos para la producción de cultivos siempre que se cosechen frutos.
Para que después de una buena floración haya un óptimo porcentaje de frutos cuajados se deben reunir condiciones adecuadas entre las condiciones fisiológicas del cultivo y condiciones climáticas durante esta etapa. Como factores fisiológicos que propician un cuajado óptimo encontramos la producción de un polen viable y la velocidad del crecimiento del tubo polínico. Por otro lado, viento seco, lluvia, nubosidad temperaturas extremas, ya sean altas o bajas, son factores climáticos que van a influir negativamente sobre el cuajado.
A nivel nutricional, en el caso de frutales, un factor que va a determinar la floración será la fertilización postcosecha en la campaña anterior, si no se le ha aportado los nutrientes necesarios tras la cosecha, la planta no acumulará las sustancias de reserva necesarias para la salida del reposo invernal, ya que las sustancias de reserva serán la fuente de nutrientes de la planta hasta el inicio del desarrollo vegetativo, cuando será la fotosíntesis la que produzca la nutrición necesaria una vez la planta haya brotado vegetativamente.
En estas etapas de floración y cuajado, en cualquier cultivo, ya sea frutal u hortícola, además de la nutrición estándar, el cultivo requerirá concentraciones más altas de micronutrientes y calcio. Los botones florales y la posterior floración requieren zinc, boro, molibdeno y otros nutrientes en cantidades mucho más altas. Es fundamental que estos elementos estén disponibles para ser utilizados en esta etapa, ya que juegan un papel importante durante la floración y el cuajado, ya que su deficiencia provoca desordenes fisiológicos en el cultivo, reduciendo el número de frutos por árbol.
El boro, por ejemplo, participa activamente en la germinación del polen y su viabilidad, el crecimiento del tubo polínico y el desarrollo de semillas, frutos y frutos secos, y junto al Molibdeno, tienen una acción sinérgica en las yemas terminales de la planta, tejido encargado del crecimiento y diferenciación de todas las estructuras vegetales como flores, estructuras reproductoras y frutos. Por otro lado, el Zinc está implicado en la producción de auxinas, fitohormona implicada en el crecimiento de los tejidos durante la formación del fruto, contribuyendo a que no se produzca su caída, además de participar en la síntesis de aminoácidos participando en el metabolismo enzimático y síntesis clorofila.
El fósforo es un macronutriente de vital importancia en el periodo de floración, ya que interviene directamente en la formación de flores, esencial para la división celular y crecimiento meristemático, siendo constituyente de los ácidos nucleicos y moléculas energéticas además de las membranas celulares. Si no hay suficiente fósforo este crecimiento meristemático no puede producirse y la planta no podrá desarrollarse correctamente.
Después de la polinización, cuando el polen llega al estigma, los tubos polínicos comienzan a crecer por el pistilo y llegan al óvulo, donde se produce la fecundación. Después de la polinización hay un período de división celular rápida habiendo una gran demanda de energía. También el calcio es esencial durante este período y, a menudo, si este se encuentra en una concentración deficiente, puede limitar el desarrollo de fuertes paredes celulares, siendo determinante en la calidad de la mayoría de los frutos.
¿CÓMO PODEMOS ASEGURAR UNA BUENA FLORACIÓN Y CUAJADO?
Es importante que las plantas reciban suficiente agua durante la floración y la fructificación. El estrés hídrico y también un riego excesivo puede reducir la viabilidad del polen, lo que lleva a un pobre cuajado, por lo que es conveniente seguir un plan de riego a través de la gestión del riego, aunque esto puede variar entre cultivos.
La fertilización en estas etapas es vital, ya que es necesario que haya suficientes nutrientes, como boro, zinc y molibdeno, además de fósforo, disponibles durante la floración y cuajado, que como hemos visto son muy importantes en el desarrollo de estas etapas. Adelantarse a cualquier «hambre oculta» (p. ej., análisis de hoja) es muy recomendable, así como realizar aplicaciones foliares de calcio y nutrientes apropiados para corregir deficiencias antes de que se conviertan en un problema.
Durante esta etapa el cultivo tiene un gasto de energía muy importante, por lo que un aporte de bioestimulantes le ayudará como aporte a estos requerimientos especiales en las etapas de floración y cuajado, además de atenuar o mitigar las consecuencias negativas por estrés climático que pueda sufrir el cultivo durante dichas etapas.
Con la aplicación de las soluciones de Herogra Especiales se conseguirán potenciar y maximizar estas etapas en los cultivos. Bioestimulantes que por su diseño en formulación y contenidos consiguen muy buenos resultados contrastados maximizando así el rendimiento y producción en cosecha.
Para ella Herogra Especiales dispone del producto ECOTOP, producto potenciador del cuajado de última generación, con un gran desarrollo y tecnología, formulado con el exclusivo potenciador del cuajado ST14 especialmente diseñado para potenciar la fase fenológica del cuajado y conseguir una mayor producción en nuestro cultivo. Se puede utilizar en cultivos hortícolas y leñosos en aplicaciones tanto a nivel foliar como riego.
Se trata de un producto con una alta eficacia contrastada en numerosos ensayos realizados.
ALGUNOS ENSAYOS REALIZADOS
Se obtiene un 34% más en cantidad de almendras con ECOTOP® con respecto al control.