El inicio del cultivo del cereal es una de las fases más determinantes de toda la campaña. En las primeras semanas se define el potencial productivo: se establece el ahijado, se desarrolla el sistema radicular y se determina la capacidad de la planta para recuperarse frente a daños o situaciones de estrés. Todo ello condiciona directamente el número de espigas fértiles y la uniformidad final del cultivo.
Esta campaña, marcada por la presencia del mosquito del trigo (Mayetiola destructor) en distintas zonas productoras, ha puesto el foco en la importancia de reforzar el manejo temprano del cereal. Más aún en un contexto de ajustes en la fertilización fosfatada y de incremento de superficie dedicada a cultivos como cebada, avena o triticale. En este escenario, resulta clave ir más allá del tratamiento fitosanitario y apostar por soluciones que ayuden al cultivo a arrancar con fuerza y estabilidad desde el primer momento.
La aplicación conjunta de TOTEM y AMINOFULVAT en las primeras intervenciones se presenta como una herramienta de alto valor agronómico para mejorar la implantación del cereal y favorecer un desarrollo inicial más equilibrado.
TOTEM incorpora microorganismos activos de Bacillus velezensis HE05 junto a una fracción fermentada rica en compuestos bioactivos. Esta combinación estimula directamente el desarrollo del sistema radicular, favoreciendo la emisión de raíces laterales y pelos absorbentes. El resultado es una mayor superficie de exploración del suelo y una implantación más firme, incluso en situaciones de baja disponibilidad de nutrientes o tras daños tempranos en el cultivo.
Además, el microorganismo actúa facilitando la nutrición mineral: libera sideróforos que mejoran la captación de hierro y fosfatasas que ayudan a movilizar el fósforo menos accesible del suelo. Dos aspectos especialmente relevantes en campañas donde se reducen las aportaciones de fósforo. Gracias a ello, la planta mantiene una actividad constante y eficiente en las primeras fases, logrando un ahijado más equilibrado y un crecimiento más uniforme.
La acción de TOTEM se ve reforzada por AMINOFULVAT, que crea un entorno favorable tanto para la raíz como para la actividad del microorganismo. Su contenido en ácidos fúlvicos, aminoácidos de origen vegetal, GABA y betainas ayuda al cultivo a mantener su metabolismo activo frente a situaciones de estrés como frío, sequía puntual o falta de oxígeno en el suelo.
Esta fracción orgánica activa mejora la movilidad de los nutrientes y dinamiza la rizosfera, actuando como un auténtico soporte nutricional. La interacción entre ambos productos genera un efecto probiótico–prebiótico que potencia la actividad microbiana beneficiosa y la respuesta fisiológica del cultivo, logrando un impacto superior al que se obtendría con cada solución por separado.
Aplicar TOTEM + AMINOFULVAT en las primeras fases del cereal permite convertir una pasada habitual en una intervención con impacto fisiológico real. El cultivo arranca con un sistema radicular más activo, mayor capacidad de exploración del suelo, un ahijado mejor estructurado y una utilización más eficiente de los nutrientes disponibles.
Estas ventajas se hacen especialmente visibles en campañas exigentes, marcadas por la presión de plagas tempranas, la menor disponibilidad de fósforo o condiciones ambientales variables. El resultado es un cereal más uniforme, con mayor número de hijos fértiles y mayor estabilidad durante el resto del ciclo.
En un contexto donde cada decisión cuenta, la estrategia TOTEM + AMINOFULVAT se consolida como una solución eficaz para agricultores que buscan asegurar un buen arranque del cultivo y sentar las bases de una campaña más estable y productiva desde el inicio.