Las heladas son un factor de riesgo en agricultura. Algo muy común en la temporada invernal y que, además, son un aspecto importante que debemos tener en cuenta a la hora de elegir el cultivo y variedad que queremos producir, así como su emplazamiento. Como veremos a continuación, el problema llega en primavera con la suavización térmica. En primavera las plantas no requieren tanto frío como en invierno, pero, aunque en esta época no se esperan bajas temperaturas, en ocasiones se producen las generalmente conocidas heladas tardías o de primavera. Estas heladas, debido al cambio climático, son cada vez más usuales.
Una vez que los cultivos salen de la parada vegetativa invernal, y empiezan a tener movimiento en sus tejidos, se hacen más sensibles a estas heladas, que causalmente provocan mayores daños en la planta. Estos daños no sólo se deben a la bajada de temperaturas, sino también a la formación de hielo dentro de las células. Aproximadamente el 50-90% del contenido fresco de las plantas es agua, por lo que, cuando las temperaturas se sitúan por debajo de 0°C, éstas comienzan a congelarse y aumentar su volumen, con la consecuente rotura de tejidos vegetales. Esta rotura de tejidos y sus consecuencias la conocemos como helada intracelular. La formación de hielo intracelular causa una “ruptura mecánica de la estructura protoplásmica”, según aseguran autores como Levitt (1980).
Del mismo modo, también pueden producirse heladas extracelulares, cuando el hielo se forma en la superficie del cultivo. Este hecho provoca una salida de agua de las células, causando daños por deshidratación. En este proceso, conforme el agua sale de las células, la concentración de solutos aumenta, con el ánimo de reducir el riesgo de congelación. Sin embargo, a medida que el hielo continúa creciendo, las células continúan desecándose, lo que puede acabar provocando necrosis en tejidos, retraso en el crecimiento e incluso la muerte de la planta.
Cuanto más rápido sea el enfriamiento celular, mayor será el daño. Igualmente sucede si el incremento de las temperaturas, después de la helada, es rápida, es decir, cuanto más brusco sea el cambio de temperatura, tanto intracelular como extracelular, mayor será el daño y estrés que sufrirá la planta.
Una de las principales problemáticas que nos encontramos, a causa de estas heladas tardías, es la reducción de la producción del cultivo. Cuando el cultivo está en plena floración, una helada tardía podría mermar, sino acabar, con la viabilidad de la floración, afectando al cuajado de frutos. Para mitigar este estrés y daños, a causa de las bajas temperaturas, se distinguen dos tipos de métodos:
? Métodos pasivos:
Estos métodos tienen que ver con:
? Métodos activos:
Son métodos en los que se interviene directamente en el cultivo. Ejemplos de estos métodos son: barreras físicas de aislamiento, aportes extra de agua, el calentamiento del aire y las plantas, la homogeneización del aire con ventiladores o la aplicación de soluciones bioestimulantes.
Es, por tanto, dentro de estos métodos activos, dónde los productos de Herogra Especiales juegan un papel importante a la hora de mitigar los efectos que las heladas y el estrés por frío causan en los cultivos. Concretamente, dentro de su amplio portfolio, nos detendremos en la categoría bioestimulantes. Los bioestimulantes, entre otras bondades y contenidos, poseen una serie de componentes que ayudan a combatir situaciones climatológicas extremas, como la que nos concierne, protegiendo a la planta desde dentro. Entre estos componentes encontramos:
En relación con las heladas, se ha observado que la solución al fenómeno “helada” pasa por la acumulación de proteínas anticongelantes (AFP). Ya que las AFP interactúan con los cristales de hielo, adhiriéndose a la superficie e impidiendo la unión de las moléculas de agua. Por esta razón, entre otras, es necesario tener una buena concentración de aminoácidos en nuestra planta, que consigan sintetizar proteínas anticongelantes para nuestro cultivo.
En este punto, es necesario tener en cuenta que, en épocas de estrés por bajas temperaturas, la tasa de absorción de aminoácidos por parte de la planta disminuye, siendo vital su aporte con productos que aporten aminoácidos libres.
Pero los aminoácidos no solamente tienen efecto sobre lo anterior, si no que, además, mejoran el mantenimiento de la turgencia de la membrana celular de la planta, lo que permite minimizar los daños por congelamiento. Por último, el efecto bioestimulante de los aminoácidos, promueve la rápida recuperación del cultivo post-helada y favorece la formación de células y nuevos tejidos en la planta.
Una vez analizado todo lo anterior, desde Herogra Especiales, tras nuestra dilatada y contrastada experiencia, ponemos a disposición del agricultor los siguientes bioestimulantes, con el objetivo de proteger a los cultivos de las heladas tardías:
Esta especie de alga se desarrolla en el atlántico norte, donde está sometida a unas condiciones muy extremas de desarrollo y cambios bruscos de temperatura. Este hábitat, hace que este alga desarrolle un gran número de metabolitos secundarios, altamente funcionales para el cultivo. Además, gracias al método usado de extracción en frio, todas las propiedades naturales e ingredientes activos de esta especie se conservan intactas.
Gracias a su composición, además de mitigar el estrés por frío en el cultivo, aporta bioestimulación y nutrición, todo en un solo producto.
Además, su contenido en GABA (Ácido Gamma Amino Butírico) y betaínas, aumenta su función osmoprotectora, generando una serie de metabolitos y mejorando la eficiencia de la planta, contribuyendo a su resistencia al estrés ambiental.
Su contenido en péptidos de cadena corta hace que también tenga diversos efectos sobre el metabolismo vegetal, activando la síntesis hormonal, así como el crecimiento y la producción del cultivo.
Su efecto bioestimulante aumenta la capacidad de reacción y velocidad de recuperación del cultivo frente a condiciones externas desfavorables, además de desempeñar una importante acción en la síntesis de proteínas y enzimas, fundamentales para el funcionamiento del metabolismo vegetal.
Su aplicación permite la recuperación de la planta en situaciones de estrés en general, como lo son las heladas, aparte de desempeñar una importante acción en la síntesis de proteínas y fitohormonas (auxina, citoquinina, poliaminas y profirinas), las cuales regulan el correcto desarrollo de la planta.
Independientemente de si aplicamos estos productos de forma preventiva o a posteriori, conseguiremos aumentar la resistencia de la planta y su vitalidad a través de la bioestimulación, efecto que se verá reflejado en la mejora de la cosecha final.